NO MÁS PLÁSTICOS DE UN SOLO USO EN PUNTA ARENAS.- CHILE

Los chilenos consumimos 51 kilos de plástico per cápita, el más alto en Latinoamérica. En Punta Arenas se generan 409 kilos de basura por persona al año, muy cercano a lo que se produce en Santiago (412 k), de estos cerca de un 30-35% corresponden a desechos plásticos.

Los plásticos tienen una vida de cientos de año versus los segundos o minutos que los utilizamos, los plumavit NUNCA se degradan; todos ellos contaminan el suelo y el agua, congestionan las vías fluviales, intensifican los desastres naturales, tienen sustancias nocivas para la salud humana y animal, en su producción se emplean materiales que contaminan además de contribuir de manera negativa al calentamiento global, causa pérdida del valor estético al contaminar riveras y costas determinando pérdidas económicas en el turismo, pesca y transporte marítimo.

Por otro lado el reciclaje de estos productos ha sido muy bajo no superando el 9% del total de residuos plásticos en el país, aun así el reciclaje de todo el plástico no se sustenta en el tiempo debido a los elevados costos de transporte de los residuos versus las ganancias y a que en su producción necesariamente se contamina y se consume energía.

Se estima que para el año 2050 existirán más plásticos en el mar que peces y que 99% de las aves marinas habrán ingerido plásticos. Incluso se ha estimado que cerca del 90% de las marcas de sal de mar contienen plásticos. Todo este plástico sigue en la cadena alimenticia trasladándose finalmente a los seres humanos.

Experimentos muestran que los plásticos causan daños a la fauna acuática produciendo obstrucciones intestinales, disminuyen el apetito y alterando su ciclo vital, finalmente mueren de hambre, debilitados y con pocas posibilidades de reproducirse. Además los efectos de sus propios químicos y de los que se adhieren a ellos, como los policlorobifenilos (PCB), hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y metales pesados, pueden tener diferentes efectos en los organismos de animales y humanos como por ejemplo ser "disruptores endocrinos", es decir que in­­terfieren en el sistema hormonal, pudiendo alterar el desarrollo cerebral de fetos y niños; los metales pesados pueden producir cáncer o malformaciones congénitas.